¡Los periódicos están de vuelta!
Y por qué la oportunidad del periodismo vuelve a ser la que vivió en la era de los impresos
Storybakers:
Hace tiempo que la dinámica de los medios ha debido cambiar.
Esa necesidad evidente como industria no pasa ni siquiera por correr a abrazar un futuro dominado por la inteligencia artificial o el metaverso; pasa, paradójicamente, por recordar lo que se hacía bien en la era del periodismo impreso.
Va de historias curadas.
De lecturas relajadas que representen más una experiencia habitual que un consumo accidentado.
De recordar que antes de digital la gente se daba el tiempo para sentarse a leer un diario mientras tomaba un café.
No es casual que el New York Times intentara replicar esa experiencia en pleno 2023 interviniendo el tren de Nueva York.
No es casual, tampoco, que cada vez más medios en Estados Unidos tengan a los newsletters como eje central de su estrategia.
Los más exitosos y con historia los utilizan para retener y atraer audiencia de calidad.
Los de nueva generación de plano tienden a abrazar el newsletter como el punto central de su existencia.
Lo he dicho en repetidas ocasiones: el newsletter es lo más cercano a un periódico mínimo viable.
Es lo más cercano que el periodismo escrito ha encontrado a esa experiencia íntima y personal que se daba entre un lector y su encuentro diario con un periódico.
Por eso Puck, Axios, Semafor y Morning Brew tienen al newsletter como elemento común.
Mientras la gente de medios acude a cuanto evento se presente para hablar sobre las posibilidades de la inteligencia artificial en la creación de contenido, olvida la más elemental necesidad de volver a lo que en su momento provocó que un periódico o una revista fueran dignos de pagar por una suscripción.
Volver a ese posicionamiento es una necesidad del negocio.
A todos queda claro a estas alturas que depender de Google ni representa un gran negocio ni representa la oportunidad de hacer periodismo de calidad.
Pero ese regreso al origen es también una necesidad de los usuarios.
De a poco, por esa circularidad en que nos movemos los seres humanos, estamos volviendo a apreciar la intimidad de lo privado.
Es cada vez más a través de WhatsApp donde compartimos historias que pensamos que pueden ser útiles para un amigo o familiar.
Es cada vez más a través de mensajes directos como nos comunicamos.
A ese respecto, me ha gustado este pasaje en que Helen Lewis habla sobre cómo el hartazgo de la dinámica de las redes sociales nos lleva de regreso a lo íntimo.
Su opinión está fundamentada.
Como lo cuenta Harry Lambert, el propio Adam Mosseri ha reconocido que el verdadero crecimiento de Instagram en los últimos 5 años se ha producido principalmente en mensajes directos.
Los usuarios de Instagram pasan más tiempo enviando mensajes directos que viendo Stories.
Y si lo pensamos, las Stories son también una especie de mensaje directo dado que las respuestas son visibles sólo para la persona que produce el contenido.
El único crecimiento en torno al feed, cuenta Mosseri, se fundamenta en Reels, que ya representa un 50% del tiempo que la gente pasa en la aplicación.
Harry utiliza esos datos para explicar su decisión de enviar los newsletters de New Statesman exclusivamente a través de Susbtack.
Se trata, reporta Press Gazzette, del primer medio legacy que decide concentrar su operación de newsletters en Substack.
Él mismo habla de ese regreso al pasado.
“In other words – I’m from the MSN generation, and we’re almost going back to that. We communicate now through Whatsapp, through DMs. We’re ever less social, I think.
Su operación la concentra en tres productos.
Dos de ellos hechos bajo la más elemental dinámica de un periódico.
En vez de optar por tener un puñado de newsletters, entrega una edición única de lunes a viernes bajo el nombre de “Morning Call”.
La califica como el periódico diario.
Tiene 45 mil suscriptores.
Y para el sábado, una edición más extensa que incluye tanto lo mejor del sitio como snippets de las historias más destacadas de la edición impresa.
Tiene 156 mil suscriptores.
Como estrategia, todos los usuarios que se registran en el sitio quedan suscritos automáticamente a este newsletter.
En una entrevista por separado, Kendall Baker le explica a Joshua Benton su decisión de dejar Axios para convertirse en editor de newsletters de Yahoo! Sports.
Habla de por qué la gente ha dejado de ver Sportscenter pero continúa dándose el tiempo para abrir un newsletter deportivo que le resume lo que tiene que saber.
Todo va de ser útiles.
De crear hábitos.
De ser transparente con la audiencia respecto a lo que va a recibir.
Los newsletters son los nuevos periódicos.
Representan para el periodismo escrito la oportunidad de volver a ser un hábito más que un accidente.
Falta que entre los medios hispanoparlantes exista mayor convencimiento del valor de la comunidad antes que de la audiencia que se cuenta en millones.
Falta que cada vez más periodistas se atrevan a contar historias en este rincón tranquilo que son los newsletters.
Falta que al interior de las redacciones se permitan inversiones que vayan más allá de especialistas en optimización de buscadores.
No sólo lo requieren los medios, también la audiencia.
Por eso Instagram apuesta ahora por canales de difusión.
Por eso WhatsApp y Telegram son cada vez espacios más útiles para compartir información.
Por eso tenemos la oportunidad de volver a crear experiencias.