Germán de los Santos: "La clave es la calidad de la información que se va a revelar"
El reconocido periodista argentino que ha investigado el narcotráfico en Rosario.
El pasado 8 de junio, la Academia Nacional de Periodismo de Argentina le entregó el premio Pluma de Honor al reconocido periodista santafesino, Germán de los Santos. El comunicador fue reconocido por sus investigaciones sobre el narcotráfico en la región y especialmente en Rosario (Santa Fe, Argentina).
En una entrevista concedida a la Sociedad Interamericana de Prensa, Germán de los Santos comparte detalles sobre sus inicios en la investigación del narcotráfico, su metodología de trabajo, los riesgos asociados a este tipo de periodismo y el significado que tiene para él ser reconocido con el premio Pluma de Honor.
¿Cuándo comenzó a investigar sobre el narcotráfico? ¿Por qué se interesó en esta problemática?
Empecé a investigar temas de narcotráfico y crimen organizado desde hace más de 15 años, cuando en Rosario comenzó a verse un fenómeno que era nuevo y que cargaba con varios temas atravesados por el problema de la violencia. Mi primera aproximación al tema fue a través de historias que tenían que ver con la relación entre las barras bravas de fútbol con la violencia y el narcotráfico. En ese momento este tema se abordaba sólo con una visión aislada, como si fueran casos policiales autónomos. Lo que empezamos a ver era que había relaciones entre la violencia y el negocio de la droga y el fútbol. La problemática del crimen organizado es interesante desde el punto de vista periodístico porque atraviesa muchos aspectos, como el político, el social, y económico, a partir de las complicidades.
¿Cómo llevó a cabo sus investigaciones?¿Cuál es su metodología?
En la Argentina no hay una tradición de investigar el crimen organizado, desde el punto de vista del narcotráfico y sus derivaciones. Por lo tanto fue necesario impregnarse de experiencias en otros países, sin dejar de tener en cuenta las particularidades de Argentina. Las metodologías que aplicamos para investigar el crimen organizado siempre se definen a partir de una hipótesis que debe ser confirmada. A partir de ese patrón esencial se aplican distintos métodos. Uno que fue novedoso en nuestra manera de abordarlo fue la utilización de escuchas telefónicas, que nos sirvió para lograr un detalle muy fino de situaciones y acciones de la banda de Los Monos que fuimos reconstruyendo casi minuto a minuto, con la confrontación de otras fuentes. Eso nos garantizó un rigor extremo a la hora de revelar situaciones. Los diálogos adquirieron otra relevancia con ese contexto.
¿Cuáles son las claves para desarrollar un buen trabajo de investigación?
La clave número uno, aunque parezca simple, es la calidad de la información que se va a revelar. Para llegar a esa instancia es necesario un proceso de cruces de fuentes e información que muchas veces es complicado, pero que debe ser imprescindible, porque esa información es delicada. Otra clave es mantener en guardia la desconfianza. Nunca descansar en que una fuente no nos va a engañar. Siempre hay intereses. La tercera es buscar documentos que respalden nuestras investigaciones.
¿Qué precauciones debe tener un periodista que realiza este tipo de investigaciones?
Sufrí en varias oportunidades amenazas y viví situaciones de peligro, pero es parte de las contraindicaciones de este trabajo. Aunque no suene heroico, el miedo es lo que enciende alertas. Y nos impone límites. El periodista que se dedica a la investigación de estos temas debe saber dónde está la frontera, porque el riesgo es alto. La mejor precaución es contar historias lo más cercanas posibles a la realidad, con información de calidad.
¿Qué tipo de medidas toma para proteger a sus fuentes y garantizar su anonimato en este tipo de investigaciones?
El contacto con las fuentes en este tipo de investigaciones de crimen organizado es algo delicado. El resguardo de la fuente debe ser otro punto esencial del trabajo. Y tener en cuenta que la exposición de un testimonio puede dejar en riesgo a una fuente. Utilizo algunos protocolos. Por ejemplo, no hablar con una fuente que corre riesgo en la zona donde vive, sino hacerlo en un lugar privado que esté fuera de la zona de riesgo. Generar confianza y jamás engañar a la fuente, sino ser lo más cristalino posible. Resguardar la identidad. Nunca revelar el origen de la información con otra fuente. Como dije antes conservar en alto la guardia de la desconfianza.
¿Cómo afecta al periodismo y a los medios de comunicación de Rosario el narcotráfico?
El crecimiento del crimen organizado en Rosario generó cambios intensos a la hora de ejercer el periodismo, sobre todo el que cubre situaciones cotidianas, por los elevados índices de violencia que provocan riesgos cada vez mayores. Se produjeron amenazas y tres atentados contra medios de comunicación que elevaron el riesgo. Las amenazas se cumplen. Los periodistas, a través de FOPEA y el Sindicato de Prensa de Rosario, comenzaron a evaluar y analizar los procedimientos a la hora de cubrir situaciones de riesgo. En la práctica se aplican algunas reglas, como ir a los lugares peligrosos todos juntos; dejar de lado la primicia para publicar de manera conjunta para disipar el impacto, reclamar mayor seguridad al Estado, entre otros.
¿Cómo cree que su trabajo periodístico ha contribuido o podría contribuir a abordar el problema del narcotráfico en la ciudad?
Como el crimen organizado y el narcotráfico se nutren y funcionan en base a complicidades el rol del periodismo fue clave para poner al descubierto un problema que desde el Estado y la clase política, y muchas veces de la propia justicia, se quería ocultar. Eso provocó reacciones naturales, porque el rol del periodismo de investigación es revelar algo que se quiere ocultar.
El 8 de junio le entregaron el premio Pluma de Honor, ¿qué significa para usted esta distinción?
Es una distinción que me honra recibirla, porque no sólo se trata de un premio prestigioso por la institución que lo otorga, sino también que los propios periodistas me reconozcan, lo cual hace más elevada la satisfacción.
Para finalizar, ¿qué consejos podría darle a los periodistas que desean o ya realizan investigaciones periodísticas?
Ser rigurosos, hasta en los más mínimos detalles, porque los errores cuestan caros en este tipo de trabajo. Amar la profesión, con la convicción de que los héroes existen sólo en las películas. Y nunca perder de vista que nuestro oficio es contar historias; no ser parte de ellas.