Ricaurte: "En Ecuador, hablar de medios es como repasar una lista de catástrofes"
El Director Ejecutivo de Fundamedios habló con Hora de Cierre sobre la situación de la prensa en su país.
César Ricaurte es un periodista ecuatoriano con más de dos décadas de trayectoria en el sector. Es licenciado en Periodismo y Comunicación Social por la Universidad Central del Ecuador y cuenta con una maestría en Comunicación por la Universidad Andina Simón Bolívar. Fundador de la revista Traffic en 1989, ha trabajado en medios impresos y televisivos de relevancia nacional, y fue el primer Defensor del Público de Ecuavisa (2009-2011). Ricaurte es reconocido por sus columnas de opinión en El Comercio y El Universo, donde analizó a fondo el estado del periodismo en Ecuador.
Actualmente es director ejecutivo de Fundamedios y un referente regional en libertad de expresión, con participación en conferencias y encuentros internacionales en América Latina, Europa y Medio Oriente. Esto fue lo que dijo en entrevista con Hora de Cierre.
¿Cuáles considera que son los principales desafíos que enfrentan actualmente los medios de comunicación en su país?
En Ecuador, hablar de desafíos para los medios es como repasar una lista de catástrofes en cámara lenta. Los principales: inseguridad, precariedad, desprotección y un entorno cada vez más hostil para ejercer el periodismo. En los últimos años, Fundamedios ha documentado 774 agresiones contra periodistas: 356 en 2022, 224 en 2023 y 194 en 2024. La mayoría de estas agresiones provienen de dos frentes: el crimen organizado, que ha encontrado en el periodismo su enemigo más incómodo, y el poder político, que no ha perdido su vieja costumbre de estigmatizar y atacar al mensajero.
Pero además, el modelo económico de los medios está colapsado. La publicidad oficial es usada como mecanismo de premio o castigo, mientras que el sector privado ha migrado buena parte de su inversión a plataformas digitales globales. Así, medios y periodistas operan en condiciones de sobrevivencia, casi mendicidad, lo que termina afectando la calidad y profundidad del periodismo que tanto necesitamos.
La ciudadanía, abrumada por la violencia, la crisis económica y el desencanto político, no siempre percibe la libertad de prensa como un derecho propio.
¿Cree que la defensa de la libertad de expresión y de prensa ha logrado consolidarse como un tema prioritario en la agenda pública y en la percepción de la ciudadanía?
No del todo. Sigue siendo un tema “de periodistas para periodistas”, y eso es parte del problema. La ciudadanía, abrumada por la violencia, la crisis económica y el desencanto político, no siempre percibe la libertad de prensa como un derecho propio. Pero cuando asesinan a un periodista, como ocurrió con Nos Faltan 3, Fernando Villavicencio o en este año con el periodista Patricio Aguilar en Esmeraldas, o cuando envían sobres bomba a las redacciones de algunos medios o se ataca en vivo el set de un canal de TV, ahí sí todos se estremecen… por unos días.
Desde Fundamedios hemos trabajado para cambiar esa percepción: campañas como #PeriodismoEnRiesgo o #SinPeriodismoNoHayDemocracia han buscado posicionar esta agenda en la opinión pública. Pero falta mucho. Mientras la libertad de expresión no se vea como una garantía colectiva, seguirá siendo frágil.
Necesitamos mayor colaboración con plataformas tecnológicas para frenar la viralización de contenido falso que no solo desinforma, sino que mata.
En términos de lucha contra la desinformación, ¿considera que los medios han adoptado estrategias efectivas o aún existen oportunidades para mejorar su desempeño?
Hay avances importantes, pero también muchas oportunidades desperdiciadas. Iniciativas como Ecuador Chequea, fundado por Fundamedios en 2017, y la red Ecuador Verifica, que coordina el trabajo de más de 80 medios, universidades y organizaciones, han sido modelos regionales en verificación de datos.
Sin embargo, la mayoría de medios tradicionales aún reacciona tarde, o peor: termina replicando desinformación en su afán de “equilibrar” voces. La profesionalización en esta área es urgente. Además, necesitamos mayor colaboración con plataformas tecnológicas para frenar la viralización de contenido falso que no solo desinforma, sino que mata: en pandemia, la desinformación médica fue letal. Hoy, en tiempos de violencia criminal, puede ser igual de peligrosa.

¿Cómo evalúa el respeto y la protección de los derechos de propiedad intelectual de los medios en su país? ¿Existen desafíos específicos en este ámbito?
Es un terreno minado por la informalidad. La piratería de contenido digital es una práctica común, incluso entre instituciones públicas. No hay una cultura de respeto al trabajo creativo ni un marco legal actualizado que proteja adecuadamente los derechos de autor en entornos digitales.
Además, la frontera entre 'compartir' y 'robar contenido' se ha vuelto difusa, en parte porque los propios medios han cedido terreno, regalando su contenido a plataformas sin exigir condiciones mínimas. Es una forma moderna de colonización digital: damos todo a cambio de nada.
Sin ingresos estables, la transformación digital no es estrategia, sino sobrevivencia.
En comparación con el periodo anterior a la pandemia, ¿considera que los medios de su país han logrado una adaptación efectiva a la transformación digital? ¿Cuáles han sido los principales avances o dificultades?
La pandemia obligó a acelerar la digitalización a empujones. Algunos medios lograron reinventarse con productos multimedia, boletines, podcasts, canales en redes sociales… pero la mayoría apenas sobrevive con redacciones mínimas y estructuras improvisadas.
La dificultad central ha sido la sostenibilidad económica. Sin ingresos estables, la transformación digital no es estrategia, sino sobrevivencia. Y eso se nota: contenidos poco originales, dependencia de clics y titulares diseñados más para el algoritmo que para el ciudadano.
Ante la creciente fragmentación de las audiencias, ¿cree que los medios de comunicación están implementando estrategias adecuadas para atraer y fidelizar a sus públicos?
No del todo. Hay esfuerzos aislados interesantes, como el uso de newsletters segmentadas o la creación de comunidades en redes sociales. Pero en general, los medios siguen comunicando “desde el púlpito”, sin escuchar, sin dialogar con las audiencias.
La fidelización requiere confianza. Y la confianza se construye con transparencia, con coherencia editorial, con compromiso ético. En Ecuador, solo un puñado de medios ha logrado mantener audiencias leales. El resto sigue atrapado en una lógica de métricas vacías: likes sin lealtad, clics sin comunidad.
Los medios deben ofrecer productos publicitarios con valor agregado -audiencias segmentadas, análisis, formatos creativos-, no solo banners.
¿Cómo evalúa la calidad y formación profesional de los periodistas en su país? ¿Considera que existen áreas en las que se requiere una mejora sustancial?
Hay talento. Mucho. Pero mal pagado, poco valorado y sin suficiente formación continua. En Fundamedios, hemos capacitado a más de 2 000 periodistas en los últimos tres años en temas como seguridad, investigación, derechos humanos y verificación. La demanda supera nuestra capacidad.
Las universidades no están formando periodistas para los desafíos actuales y muchas están cerrando las carreras de periodismo: muchos egresan sin saber investigar, sin criterios éticos claros, sin habilidades digitales. Pero lo más grave es que buena parte de la precarización profesional se ha naturalizado. En muchos medios, se paga sueldos de hambre y se exige heroísmo. Así no se construye periodismo de calidad.
En el contexto de la competencia con las plataformas digitales, ¿qué estrategias deberían adoptar los medios para fortalecer su participación en el mercado publicitario?
Primero: dejar de mendigar y empezar a negociar. Las plataformas digitales deben pagar por el contenido que generan los medios. Y si no quieren hacerlo por voluntad propia, hay que regularlo. Segundo: los medios deben ofrecer productos publicitarios con valor agregado -audiencias segmentadas, análisis, formatos creativos-, no solo banners.
Tercero: diversificar ingresos. Desde Fundamedios promovemos modelos de medios sostenibles que combinan ingresos por membresía, crowdfunding, servicios editoriales y alianzas estratégicas. No se trata solo de sobrevivir: se trata de reconstruir un ecosistema mediático fuerte e independiente.

¿Considera que los medios de su país deberían establecer acuerdos con empresas de inteligencia artificial para el uso de su contenido? ¿Cuáles serían los beneficios y riesgos de este tipo de acuerdos?
Sí, pero con condiciones claras. La IA puede ser una gran aliada para mejorar procesos, análisis de datos y generación automatizada de contenido. Pero también puede ser un caballo de Troya si se entregan contenidos sin control, sin pago y sin respeto a la autoría.
Los acuerdos deben garantizar compensación justa, transparencia en el uso de datos y mecanismos para preservar la integridad editorial. No podemos repetir el error cometido con las redes sociales: regalar contenido y quedarnos solo con los “me gusta”.
¿Qué papel juegan las alianzas y colaboraciones entre medios en la sostenibilidad del periodismo y en la generación de contenido de calidad? ¿Considera que los medios en su país están aprovechando estas oportunidades de manera efectiva?
Las alianzas son vitales. En tiempos de recursos escasos y amenazas crecientes, trabajar en red no es solo una estrategia, es una necesidad. Desde Fundamedios hemos promovido y participado en redes como Ecuador Verifica y Voces del Sur, que han demostrado que el trabajo colaborativo puede generar impacto, credibilidad y sostenibilidad.
Aún hay resistencias: viejas rivalidades, desconfianzas, egos. Pero los medios que entienden que solos no llegarán lejos están empezando a construir alianzas que trascienden lo coyuntural. El periodismo del futuro no será el más grande, será el que mejor colabore.